Reconozco que aunque no las haga mucho, me encanta comer esta tapa tan rica y fantástica. Sencilla donde las haya, hará que quedemos bien con nuestros invitados en cualquier situación, o simplemente, con nosotros mismos en compañía de nuestra bebida preferida bien fresquita.
2 Puñados de quisquilla pequeña. ( No quitamos ni cabeza ni nada)
Harina
Sal
Aceite para freír.
En un escurridor ponemos las quisquillas con un poco de sal para que suelten un poco de agua. Las dejaremos 5 minutos.
Ponemos a calentar el aceite a fuego medio.
Pasamos las quisquillas por la harina y le quitamos el exceso de ésta.
Cuando el aceite esté caliente añadimos las gambas y las dejamos 1 minuto como mucho o hasta que veamos la harina dorada.
Las sacamos a un papel de cocina para quitar el exceso de aceite.
Las pasamos a un plato y a comer. Sencillamente buenísimas.
Importante!!! se comen enteras, cabeza y todo. Veréis que crujientitas están.
¿Y para beber con esta delicia, qué recomiendas?
ResponderEliminarCuchillero
A mi me gusta mucho una cervecita bien fría o un rueda blanco, k es mi debilidad Jajaja
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