En casa de mis padres, ha sido uno de los platos que más recuerdo para las cenas como acompañamiento a otros platos cuando yo era pequeña. Aunque a muchos la casquería puede resultarles poco atractiva para otros nos resulta un plato estupendo, muy nutritivo y lleno de vitaminas como B12, B2, B3, Vitamina C, etc. Pero también se recomienda no abusar ya que es rico en colesterol
Llamamos casquería a las entrañas del animal, el higado, asadura, criadillas, rechigüelas o mollejas, sesitos, etc. Hoy vamos a cocinar el higadito de cabrito junto con su asadura y el corazoncito. Lo normal con el cabrito es que se venda todo junto. El higadito, debe de estar brillante y con un color marrón rojizo intenso y sin bultos ni partes blancas, en el caso de ser así no lo compréis. El color de la asadura es un rosita subido y debe de dar la sensación de esponjosidad y no de estar seca.
Hay variaciones en la manera de prepararla y aunque todas muy buenas yo hoy me he decantado por una muy sencilla, con tomate frito.
2 Asaduras con sus respectivos higaditos y corazoncitos a trocitos.
1 Bote de tomate troceado
2 Dientes de ajo e láminas
1/2 Pimiento rojo a trozos
Sal al gusto
Azúcar (la misma cantidad que de sal para quitar la ácidez del tomate)
Aceite
En una sartén con aceite ponemos a sofreír el pimiento y los ajos.
En cuanto hayan tomado color añadimos la carne.
Directamente volcamos el tomate junto con la sal y el azúcar.
Tapamos con una tapadera y lo mantendremos a fuego lento durante 20 minutos más o menos. Cuando veáis que el tomate ya está frito apagaremos el fuego y nuestro plato estará listo para comer.
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