Antes de nada, quiero confesaros un secreto. Tras el montaje en mi cabeza de como quería hacerla, lo que tenía que llevar, ir a comprarlo y prepararla, se me olvidó uno de los ingredientes principales, el queso de cabra caramelizado. lo saqué para que fuera cogiendo temperatura ambiente y con toda la vorágine de la cena y los fuegos en marcha que tenía...se me olvidó...se me olvidó!!!...el queso de cabra!!! se me olvidó... De todas formas mi ensalada quedó maravillosa y riquísima pero faltó un ingrediente que aunque no lo echamos de menos para la próxima se lo pondré y así me quitaré la espinita.
Sólo deciros que es muy sencilla y es una ensalada de fiesta donde las haya, quedaréis muy bien con ella.
1 Muslo de pato en confit.
1 Lechugas variadas, cuanto más tiernas mejor y que no amarguen.
1 Mango maduro cortado en dados.
Pistachos sin la cáscara 100-150 gr. (yo los compro con ella y luego se la quito)
Aceite de oliva virgen para aliñar.
Sal y pimienta al gusto.
Ponemos el confit unos 20-30 minutos antes de hacer la ensalada en el horno a dorar. A mi me encanta que quede la piel crujiente, es una delicia. Lo desmigáis en cuanto esté hecho.
En un mortero machacaremos los pistachos sin cascara hasta dejarlos pequeñitos, no os preocupéis por el tamaño, ya que lo buenos es que encontraremos trocitos crujientes de diferentes tamaños pero la idea es que parezca tierra a la vista, pero no lo es.
En un bol ponemos la lechuga y el mango cortado en trocitos. Aliñamos con el aceite y salpimentamos.
Introducimos el confit en la lechuga y ahora emplatamos.
Podemos utilizar un aro para hacerlo y decorar con la tierra de pistachos por encima, servirlo en un plato o en vasitos individuales, que también queda muy chulo. Ahora terminaremos con la crema balsámica y tras ella es el momento de poner el queso de cabra caramelizado, en el caso de que no se os haya olvidado como a mi, jajaja...
Espero la probéis. Besos y Feliz Navidad!!!!
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